La colaboración tenía sus riesgos y a veces se sufrían represalias. Adrián Gutiérrez, Tirado López, y Jonathan fueron arrestados por el DIN en Honduras, y Pablo Velásquez fue arrestado porque los había acogido en su casa. La intervención de otro hermano de Pablo, capitán del ejército hondureño, conseguiría que no fuese torturado físicamente: Sólo podemos prometer que no será torturado, pero tenemos que interrogarlo, le dijeron al hermano cuando alegó en favor de Pablo. Los abogados del partido comunista hondureño que ayudaron en este caso, dieron su opinión: Si hubiese matado a ocho personas, lo podríamos sacar al día siguiente, pero por las causas que está arrestado, no podemos hacer nada por ahora. En ocho días, según las leyes de nuestro país, si no han encontrado cargos para enjuiciarlo, lo deben de poner en libertad. En caso que esto no ocurra, vamos a preparar manifestaciones en las universidades... Mientras esperaban que los ocho días pasasen, Elida llevaba comida a su esposo todos los días; se la tenía que dejar a los policías hondureños que nunca se la hicieron llegar a Pablo.
(Del libro EL PEQUEÑO GIGANTE. La vida de Manuelito Maldonado Lovo. Autor:Isaac Fernández de la Villa.)
sábado, 4 de septiembre de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Recuerda que lo que uno siembra eso recoge... Si lo que vas a decir no tiene el caracter de ser bueno, útil, o puede ayudarte a tí mismo o a otros a mejorar sus vidas y el mundo, mejor no lo siembres.