EL PEQUEÑO GIGANTE


Dedicado al espíritu que dentro de cada uno de nosotros evoluciona, y que a veces, por diversas circunstancias; se revoluciona.


(La vida de Manuelito Maldonado Lovo)

miércoles, 5 de mayo de 2010

LA FELICIDAD MATERIAL

Continuación de: NOS ROBAN NUESTRAS VIDAS

ISAAC FERNÁNDEZ DE LA VILLA.

¿Qué está pasando con los sistemas políticos basados exclusivamente en el poder económico, que provoca la degeneración del ser humano?...
Considerándose el desarrollo económico como único medio de lograr bienestar social, se impulsa desmesuradamente el consumismo que fomenta el egoísmo y destruye la moralidad. La moral agoniza en lenta muerte, asesinada por falsas necesidades, creadas por la envidia hacia logros ajenos, supuestos ejemplos a seguir si queremos ser felices: FALSO. El egoísmo desmesurado produce desequilibrio en los actos naturales de dar y recibir, que vemos manejar sabiamente a la naturaleza: Todo en la naturaleza da algo y recibe algo, entregándose desde la propia carne para alimentar a otros seres, hasta un poco de sombra para que algún animal descanse del sol; todo es dar y recibir. Democracias consideradas triunfadoras por el desarrollo económico alcanzado están cayendo en el subdesarrollo inter– e intra– personal. La libertad del ser humano como parte de la naturaleza en evolución se degrada y la población se aglutina en grandes ciudades donde el hombre es esclavo subjetivo del ansia compulsiva de tener cosas físicas, y con ello, del constante sacrificio que requiere para alcanzarlas y mantenerlas. Por esto la vida de muchos seres humanos están llenas de esfuerzo constante, donde ya no se lucha para evitar el látigo del esclavista o conseguir qué comer, como en siglos y décadas pasadas, sino por mantener un estatus superficial que el consumismo marcó en sus mentes con el fuego del infierno, llamado con el falso nombre de felicidad: ¿Realmente la felicidad está en tener más y más cosas?...

La falsa felicidad material, con su fecha de caducidad, está creando una realidad llena de sufrimientos; considerando la palabra sufrimiento como el estado donde soportamos con tolerancia, aguantamos en conformidad y resignación, un dolor o sensación molesta proveniente de las circunstancias más diversas… Nuestro dolor podemos reconocerlo o ignorarlo, pero siempre está con nosotros… Si nos despiden del trabajo y perdemos nuestro ingreso económico mensual, nos angustiamos sabiendo que podemos perder la casa hipotecada a sesenta años. En este caso sabemos por qué sufrimos, pero podemos también no saberlo, cuando trabajamos en aquello que odiamos por obligación económica; para no perder nuestra casa. Así vivimos frustrados para obtener un sueldo mensual que acaba en manos de banqueros multimillonarios o accionistas. Por miedo toleramos injusticias y abusos laborales y políticos. Por miedo nos dejamos humillar, y para ignorar nuestros males, preferimos mirar a quienes están peor que nosotros en los noticieros, así creemos que no sufrimos, que nuestra situación es normal o muy buena. ¡En África se mueren de hambre!, pensamos aliviados de no vivir allí y participando de esta forma en la cultura del borreguismo, fiel alidada del sistema social capitalista: Nuestra situación es normal, nos decimos mientras luchamos y creemos que el dinero solucionará todos nuestros problemas. Pero los ricos y famosos también caen en la drogadicción y otros vicios innumerables, como cualquier otro ser humano… ¿Por qué Estados Unidos y España van a la cabeza en consumo de cocaína, cuando muchos países pobres los tienen de ejemplo a seguir por que los consideran ricos?... Porque los ricos, con todo su dinero y lujos, aún no han solucionado el problema de la monotonía y la insustancialidad que sienten viviendo para lo material. Los que se dan cuenta de esto y se autoanalizan, descubren que el ser humano necesita avanzar en el terreno espiritual, como cada cual sienta más adecuado: Richard Gere se hizo budista, John Travolta entró en la Iglesia de la Cienciología, Bill Gates, aburrido de lo material, está buscando cómo ayudar a los más desfavorecidos... La mentira educativa del capitalismo que nos hace borregos ignorantes, alcanza tanto a ricos como a pobres, y nos dice que la felicidad está tras el poder, el dinero, y la satisfacción continua del placer sexual, cuando en realidad: No es más feliz quien más tiene, sino quien menos necesita...
(EL PEQUEÑO GIGANTE. La vida de Manuelito Maldonado Lovo).

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