EL PEQUEÑO GIGANTE


Dedicado al espíritu que dentro de cada uno de nosotros evoluciona, y que a veces, por diversas circunstancias; se revoluciona.


(La vida de Manuelito Maldonado Lovo)

jueves, 15 de julio de 2010

INVOLUCRARNOS EN CAUSAS JUSTAS, NOS DA LA VIDA QUE FALTA EN LAS SOCIEDADES OPUENTAS.

"Había que ser un hombre diferente. La revolución fomenta la honestidad y el respeto hacia los compañeros. En tu Yo interno vas cambiando, buscas como comportarte diferente y te vuelves diferente a los demás. Desde esa nueva posición interna y personal, puedes observar en otros, que aún tienen tus mismos comportamientos de antes, entonces ves aquellos movimientos que tú hacías antes de cambiar… Y es asombroso lo errado de muchos de esos movimientos: Es como ver actuar a un borracho estando sobrio; borracho que tambaleándose y balbuceando, se cree andar y hablar correctamente. Lo triste, es que así seguimos, tambaleándonos, la mayoría de los seres humanos hoy día, sin importar su país o creencia política".
Manuelito Maldonado.

Adrián dejó deberes a Manuelito.

– Tenemos que trabajar para lograr los cambios, pensad en ello y tened cuidado con quien comentáis estos temas. Es peligroso hablar con todo el mundo de esto. Y a vos, Manuelito, te encargo la tarea de encontrar a tres personas de confianza. Debes prepararlas sobre los temas que hemos tratado estos días, para poder reunirme con ellas cuando vuelva y seguir la instrucción.

– Está bien, voy a ver a quienes preparo –dijo Manuelito.

Al día siguiente Adrián y Fausto se marcharon.


Manuelito comenzó a estrechar relaciones con aquellos que él sabía contrarios al gobierno. Igual hizo con personas disconformes con la mala situación económica. Abordando los temas que mayor descontento causaban, lograba ganarse la simpatía y confianza de aquellos con quien hablaba; preguntaba sobre las cosechas, las limitaciones económicas, la imposibilidad de dar estudios a sus hijos, etc. Manuelito analizaba la realidad del sistema social en que vivían, descrito con la frase: Un sistema creado por pocos, para beneficio de esos poco, y oprimiendo a muchos.
Entre todos con quien habló, eligió a tres que preparó mentalmente para un encuentro con Adrián. El alojamiento nunca era problema: Si hay suelo hay cama. El suelo, o un trozo de piel curtida sobre éste, solía ser la cama de quien viajaba de un lado a otro, o quienes no tenían algo mejor en sus pobres casas.

La actitud de Manuelito sufrió un cambio radical ante su nueva visión de la vida y el mundo. De pronto tenía una meta altamente trascendental en comparación con su trabajo de zapatero. Sintió el poder de la realización, que dice: Para esto he nacido. Mientras hablaba de injusticias sociales y soluciones, el sabor de la libertad caía suavemente sobre su paladar, a la vez que expulsaba los amargos sabores de vicios comunes y falsos sustitutos de la verdadera felicidad: Vicios cargados de frustración, que empujan a los seres humanos a las bebidas alcohólicas, al tabaco, a las drogas, y a las relaciones sexuales desmedidas; sea por placer, o por la necesidad de desahogarse de la necesidad de tenerlas.

– Manuelito, ¿estás enfermo? –le preguntaba su madre.
– No.
– Ya no vas a las cantinas con los amigos, y apenas sales de casa.
– ¡Para qué andar en eso! –contestaba Manuelito.

La madre notaba extraños cambios de comportamiento en su hijo y se preocupaba. Tumbado en su cama, hecha de cuerdas de fibra de pita, con cartones que aliviaban el contacto junto a un petate de tule de 1 cm. de grosor, Manuelito pasaba su tiempo libre leyendo libros clandestinos, con la luz de un candil y su constante columna de humo negro. En ellos aprendía sobre formación guerrillera y la concientización ante la opresión del sistema. Sus nuevos compañeros de Condega se los prestaban en sus visitas. Manuelito, habiendo sustituido la cantina por la lectura, pasaba horas con personajes literarios, acompañándolos en sus trabajos clandestinos, llenos de altos valores humanos, morales y solidarios. Con el libro, La madre, sentía la emoción de estar en la Revolución Rusa con sus intricados mecanismos, y aprendió la funcionalidad de la propaganda política plasmada en aquel libro por un destacado revolucionario comunista soviético, creador del realismo socialista; Maksim Gorki [Alexéi Maxímovich Péchkov (1868–1936)].


(Del libro EL PEQUEÑO GIGANTE. La vida de Manuelito Maldonado Lovo. Autor:Isaac Fernández de la Villa.)

Tras 6 años de oscurantismo, al fin sale a la luz EL BUSCADOR DE LA FELICIDAD, para poderse descargar gratuítamente su parte inicial e introductoria en
http://www.bubok.com/libros/175628/EL-BUSCARDOR-DE-LA-FELICIDAD



Dedicado a aquellos que eligieron despertar en estos tiempos,
para ayudar a una humanidad que ronda los abismos de la autodestrucción, y en el proceso, buscar la Felicidad con mayúsculas.

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